Querido amigo:
Se dice que la
vejez es una forma de acostumbrarse a la soledad y la muerte una manera de
acostumbrarse al olvido. Seguramente no les falte razón a este par de
sentencias. Tú has terminado la primera fase y comienzas el indefinido trayecto
de la segunda.
En este punto,
los cercanos suman recuerdos para que, juntos, se den la mano y dibujen una
imagen más completa para detenerla en el tiempo. En ella se suelen recoger algunos
de los aspectos (casi siempre más favorables) que han sobrevivido al olvido y
que, como hace el mar con los restos de los naufragios, devuelve la memoria
hasta el presente.
En ti hay
muchas cosas que traer a esa memoria. Cada uno aportará las suyas, sobre todo
aquellas que tengan que ver con experiencias personales vividas juntos. En todas
ellas figuras tú como protagonista. Pero algunas son comunes para todos los que
han compartido tiempo y espacio contigo.
Déjame
recordar solo una de tipo personal. Cuando llegaba el fin de año, recordarás
que me apetecía tomar unos vinos contigo y con Sergio. En ese rato repasábamos
los acontecimientos del año (partido, elecciones, manifestaciones, carteles,
sede…) y apostábamos para los del siguiente. En esa ocasión pagaba yo, que para
eso invitaba. Pero esto es personal, Vamos a lo colectivo.
Vas a quedar
en la memoria de todos como un hombre consecuente con tus ideas, siempre
dispuesto a servirlas y a defenderlas, para lo bueno y para lo menos bueno.
Contigo no había nunca dudas, se sabía cuál iba a ser tu reacción
Vas a
permanecer en esa memoria también por haber sido la imagen real del PSOE en
Béjar, por identificar la sede con tu presencia, por ser el hombre de la
intendencia, por estar siempre ahí para todo lo que fuera necesario. Con tus
enfados y con tus contentos, pero siempre al pie del cañón. Y lo que digo del
PSOE lo afirmo para el sindicato UGT. Porque, en el fondo, creo que eras aún
más del sindicato que del partido.
Cuando uno ha
dedicado tanto tiempo a una ocupación, como tú has dedicado al partido y al
sindicato, la historia de estas instituciones termina por igualarse y hasta
confundirse con la persona. Algo de eso es lo que ha ocurrido contigo. Por eso,
la historia, sobre todo la interna, tanto del PSOE como de la UGT de los
últimos cincuenta años, se confunde con la tuya. Nada menos.
Cuando te
visité en la residencia, me mostraste tu decaído estado de ánimo. El proceso en
la salud parecía ya irreversible; ya solo quedaba el escaso consuelo de la
paciencia. Después, el tiempo pasa -que es lo que siempre pasa- y nos hacemos
esclavos de su paso.
El tiempo es
la conciencia que nosotros tenemos de nosotros mismos. Hoy tú ya no tienes
conciencia de ti mismo, ha pasado tu tiempo. Pero queda la conciencia que
nosotros tenemos de tu paso por él, nuestro recuerdo de ti, de tu persona, de
tus ideas, de tu disponibilidad, de tu carácter. Y esta conciencia se estirará
en ese recuerdo. Luego vendrán otros que harán lo mismo con nosotros e iremos
tejiendo la historia y el tiempo en una cadena interminable llena de abrazos y
de ideas.
En ellos
estaremos.
Hasta siempre.
Béjar, 09, enero
de 2024
Antonio
Gutiérrez Turrión
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