lunes, 22 de enero de 2024

EDADES

 EDADES

 

Estoy varado en una encrucijada

que marca dirección a cualquier parte.

No sé si ando buscando o me persigue

ese reloj del tiempo que soy siempre.

Fui un bebé abandonado por un niño

que vio llegar la vida de repente.

El niño se mudó en adolescente,

privado, sin embargo, de los dones

que ofrecen a los seres esos años.

Fui joven tal vez demasiado pronto,

y llegué tarde siempre a todas partes.

Los caprichos de la necesidad

se hicieron madurez a paso raudo,

a costa de romper todos los ritmos

que propone el trascurso de la vida.

La madurez enlaza a su capricho

con las huellas que exhibe la vejez,

y estas se dan la mano

con el frío silencio de la muerte,

que no sé si ya suena en algún eco

o vive despistada de mí mismo.

 

Quisiera conservar al menos algo

que pueda definir mi identidad,

ese poco que aguanta y que define

la conciencia de ser tal vez el mismo

hasta echarse en los brazos del olvido.

 

Etapas de un trayecto indefinido

con fronteras ambiguas e imprecisas.

1 comentario:

mojadopapel dijo...

Tú identidad la define claramente ese yo poético que nos relata ese transcurso de vida personal y social.