lunes, 3 de junio de 2024

CONCEPTOS

CONCEPTOS

Uno de los diálogos más importantes de Platón es el titulado República. En él, por boca de Sócrates, revisa varios de los conceptos fundamentales de su filosofía, incorpora el famoso mito de La Caverna y articula su pensamiento acerca de la constitución del Estado.

En su libro sexto expresa la opinión que le suscitan los sofistas. Estas son algunas de sus palabras: «Cada uno de los que por un salario educan privadamente, a los cuales aquellos llaman sofistas y tienen por sus competidores, no enseñan otra cosa que las convicciones que la multitud se forja cuando se congrega, y a lo cual los sofistas llaman sabiduría. Es como si alguien, puesto a criar a una bestia grande y fuerte, conociera sus impulsos y deseos, cómo debería acercársele y cómo tocarla, cuándo y por qué se vuelve más feroz o más mansa, qué sonidos acostumbra a emitir en qué ocasiones y cuáles sonidos emitidos por otro, a su vez la tornan más salvaje, y, tras aprender todas estas cosas durante largo tiempo en su compañía, diera a esto el nombre de sabiduría, lo sistematizara como arte y se abocara a su enseñanza, sin saber verdaderamente nada de lo que en estas convicciones y apetitos es bello o feo o bueno o malo o justo o injusto; y aplicara todos estos términos a las opiniones del gran animal, denominando buenas a las cosas que a este regocijan y malas a las que le oprimen, aunque no pudiese dar cuenta de ellas, sino que llamara bellas y justas a las cosas necesarias, sin advertir en cuánto difiere realmente la naturaleza de lo necesario de la de lo bueno, ni ser capaza de mostrarlo. ¿No te parece, por Zeus, que semejante educador es insólito? (…)

¿Y acaso te parece que difiere en algo este de aquel que tiene por sabiduría la aprehensión de los impulsos y gustos de la abigarrada multitud reunida, ya sea respecto de pintura, ya de música, ya ciertamente de política? (…)

Teniendo todo esto en mente, recuerda lo anterior: ¿hay modo de que la muchedumbre soporte o admita que existe lo Bello en sí, no la multiplicidad de cosas bellas, y cada cosa en sí, no cada multiplicidad?».

Los sofistas eran profesionales de la enseñanza, cobraban buenos salarios y educaban en todo tipo de saberes; entre otras cosas, preparaban a sus discípulos para la carrera política. Ya se ve, según afirma Platón por boca de Sócrates, que lo que más les importaba era que los resultados fueran buenos para los particulares, que todos los medios valían y que los conceptos de verdad, de justicia y de belleza se rebajaban a las opiniones de la gran masa y a lo que los deseos de esta expresaran.

Andamos inmersos en un período electoral continuado. No sé si la enseñanza, también ahora, no está pensada para el éxito, lo mismo que la vida en general y que la política. Es verdad que sin victoria por votos no hay gobierno ni concreción de las ideas. También debería ser verdad que esas ideas son tales con independencia de los resultados electorales y sociales que alcancen. Acaso estamos rebajando cada dos días y el del medio esas ideas para adaptarlas a lo que atisbamos que son los impulsos y los deseos de la suma de ciudadanos que componen la comunidad. Me gustaría equivocarme. A la vista de lo que veo y oigo, cada vez tengo más dudas.


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