NUEVO GOBIERNO. ¿MEJOR GOBIERNO?
Al
resguardo de la calorina del fin de semana, comentaba con alguien algunas cosas
acerca de la renovación del Gobierno. Había escuchado al presidente anunciarlo
y justificarlo. Marcaba como objetivos fundamentales del mismo la recuperación
económica y su orientación ‘verde’ junto a la distribución de fondos para una
digitalización mayor. Entre los valores fundamentales presumía de una mayor
presencia femenina en el Gabinete y de una disminución de edad en sus
componentes.
Yo
nunca he conocido ningún Gobierno que no anduviera enfrascado en alguna
recuperación económica; así que no me pareció ninguna novedad, aun entendiendo
que la maldita pandemia ha requerido el gasto de casi todos los esfuerzos.
Más
llamativa me parece la orientación de esfuerzos en un futuro ecológico y
sostenible. A ver si es verdad.
Y
vamos con lo políticamente incorrecto.
¿Realmente
añade plusvalía al Gobierno el hecho de ser mujer? Pues nómbrense todas
ministras si es así. Pertenezco a un grupo en el que las dos únicas mujeres que
forman parte de él son presidente (sí, sí, con -e, porque el participio de presente indica el que está presidiendo, sentándose por delante, en sitio visible, sea hombre o mujer) y secretaria. Y ni veo caras raras ni a
nadie haciendo aspavientos por ello. Empezamos a estar en un momento del
proceso en el que la discriminación positiva -que se entendía necesaria para la
normalización de la igualdad- se está empezando a transformar en algo que
rechina si se tiene que exhibir en público, aunque suene bien a la oreja en la
primera audición y contente al menos reflexivo.
¿Qué
plusvalía añade la juventud al Gobierno? Sopésense los pros y los contras,
sobre todo en un mundo en el que lo ‘joven’ se promociona, se publicita y se
explota en la publicidad hasta límites vergonzosos. ¿Puede la juventud arrimar
más entusiasmo? Puede. ¿Puede añadir más descontrol? Puede. ¿De verdad que no
necesita el buen gobierno de la experiencia de quien no tiene mucho que ganar
en el trayecto vital individual y por ello puede alzar la mirada y hacerla
panorámica y acoger el bien común y general? ¿De verdad que no? Los ancianos de
la tribu, los paterfamilias, los senadores, los patriarcas, los abuelos… ¿No se
puede leer un poco y extraer consecuencias de lo que nos enseña la Historia? Claro
que, para leer, se necesita tiempo; y el tiempo te hace mayor.
Mis
mejores deseos para todos, los que se van y los que llegan. Qué descanso volver
a un horario normal y tener tiempo para leer, para pasear o para charlar con
los tuyos. El servicio público se puede hacer en cualquier escenario; aunque
los focos solo apunten a algunos sitios. También con una vida privada coherente
y seria. Por cierto, los ministros dimisionarios podrían prestar sus
experiencias en las agrupaciones de barrio más próximas, como militantes de
base. ¿Lo harán?
Habrá
que tener cuidado con lo que se dice, pues hay que recordar que, cuando se
habla, se mueve todo el sistema, y no solo se dice lo que se dice sino lo que
se insinúa y lo que se deja de decir. Purito estructuralismo. Y a buen
entendedor…
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