LA
PALABRA, QUE CREA Y QUE DESTRUYE
El día es una cuartilla inmaculada
en la que se hace carne
la memoria confusa de los sueños.
Hoy escribo palabras para talar el bosque;
digo sierra y raíz, y tronco y rama,
distribuyo por líneas y por sílabas
sus voces, su salmodia, sus sentidos,
y van cayendo árboles al suelo.
El bosque ya no es bosque, es campo yermo.
Luego digo tu nombre y queda lleno
todo espacio vacío, que ahora brilla
como espesura nueva y transparente,
La intensa luz azul de la mañana,
que lleva tantos siglos
viniendo hasta las cosas,
para hacerlas reales,
construye un nuevo bosque
con ramas y con hojas,
que enloquecen la savia por sus venas.
En él florece un árbol solitario.
Al eco de su sombra,
me gana el abandono y el olvido.
2 comentarios:
Me gusta mucho.
Me alegro.
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