OTOÑO
El cielo está cuajado
de ocres y de amarillos,
el verde se ha dormido
lentamente
en brazos del otoño.
Todo invita
a una calma de paz y
de reposo.
Las tardes se
repliegan y se encogen
con signos de
impaciencia por la noche.
Aquel verde de alegre
primavera
que empujaba la vida
se ha perdido;
los trinos de las aves
ya no alegran
la voluntad del monte
y los caminos.
El cielo se ha
apuntado al gris y al viento
y hay un silencio
oculto por las calles.
Yo siento en mí otro
otoño que sopesa
el paso de las horas y
los años,
que intuye ya el
invierno. Y siento frío
porque también mis
hojas van cayendo
del árbol de los
frutos de mis días.
Que el suelo las acoja
mansamente,
y en ellos los
conduzca hasta el olvido.
1 comentario:
De olvido nada....las palabras permanecen.
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