MÁSCARAS III
- . Encuentra
siempre tiempo y ganas de llamarte a ti mismo antes que a los demás.
- . Encontrar demasiado pronto un camino seguro te puede hacer perder otras perspectivas y obligarte a
atarte demasiado a esa senda: no corras, explora y compara; solo después,
decide. La madurez te esperará.
- .- No
te pierdas a ti mismo contemplando absorto el mundo exterior. Vete de orilla a
orilla del río, pero descansa en tu toalla y en tu hamaca.
- . No
existen espacios vacíos; sí existen espacios llenos de soledad.
- . La
mayor soledad, la del universo, abandonado a una permanencia sin sentido.
- . Eres
todo y eres nada. Todo en tu soledad, nada en la infinitud del universo.
- . Eres
eco del universo al que lanzas un grito de auxilio sin que este te escuche.
Estás condenado a vivir en esa soledad angustiosa.
- . Búscate
razones que te empujen a seguir un camino y a respetar una ética, esa ética en
la que te reconocerás como un ser caminante.
- . Primeros
auxilios: No te tomes a ti mismo demasiado en serio. Advierte que no eres un
mecanismo de una sola pieza.
- . Desciende
silencioso a tu soledad interior: oirás las mejores melodías y aprenderás a
distinguir los ruidos de los acordes melodiosos. «La soledad sonora…».
- . Sentirte
mortal y solo manan de la misma fuente.
- . Soledad,
¿agujero negro o supernova que alumbra el universo?
- . Procura
que fluya la palabra, ella pone distancia entre tú y el resto de las cosas,
pero te permite la posibilidad de intercambiar con ellas la certeza de la vida.
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