INCONSISTENCIA
Ese empuje tenaz hacia el vacío
que persigue mis pasos y mis días
me obliga a un movimiento permanente
para darles certeza a mis sentidos
y afirmar que aquí me hallo persiguiendo
la plenitud, el sueño o el engaño.
Cada minuto soy un heterónimo
del que fui hace un momento. Nada dura,
todo es únicamente mientras suena
la voz de mi conciencia, que me dicta
renglones que se agotan sin el tiempo
de poder describirlos. Al momento
me asalta de inmediato un hombre nuevo,
un ser que se disuelve en nueva alquimia
y de nuevo se pierde en los espejos
sin mirarse siquiera o arreglarse
para salir al mundo y allí ser
un intento de estar
con conciencia segura de sí mismo.
No es descomposición, es aniquilamiento,
es ser para no ser y estar sin estar
siendo.
Quisiera ser el huésped de unos ojos
que miran para ver y, al estar viendo,
se complacen en ello, abren las puertas
al sentido del gusto y al del tacto,
huelen la flor humilde y se confunden
con las caricias límpidas del campo.
Después, ya satisfecho,
consciente de lo inútil y lo falso
del concepto de tiempo,
dormirme en el vacío y olvidarme
incluso del pecado de olvidarme.
1 comentario:
Siempre te exiges demasiado, déjate llevar.
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