martes, 22 de agosto de 2023

PARÉNTESIS

 

 PARÉNTESIS

Esta piel que se abrasa llamada España anda tendida en las playas, escondiéndose donde puede de los azotes del sol, tras cualquier charanga que ameniza las más variadas fiestas populares o degustando una paella compartida. Qué sé yo. El país entero está en fiestas. Es el mes de agosto.

En alguna ocasión he dicho y escrito que, en este país, en el mes de agosto, todo anda en período de restricciones, sobre todo en lo que a administración se refiere. Por exagerar un poco, pero no mucho, es mejor dejar el hecho de morirse para otro mes porque se corre el peligro de no encontrar personal pare el entierro.

En cambio, otros aspectos encuentran el contexto del desparrame, de la exageración, del despelote, de la masificación. Ahí están las ciudades costeras, ahí los festivales, ahí los festejos de todo tipo.

Parece como si esta piel de toro hubiera hecho el paréntesis estival de cada año para transformarse en un trampantojo que anda a su aire y a su bola. Es este un país de contrastes y de exageraciones. Me cuentan que estos días hay en Málaga dos visitantes por cada cinco malagueños. Imagínense. Y no es, ni mucho menos, el ejemplo más llamativo.

Por detrás de todo ello, como a escondidas, se teje todo el paño del panorama político para los próximos años: los partidos políticos rastrean adhesiones o encuentran rechazos, se dan de bruces con peticiones o exhiben sus exigencias. Todo un barullo para poner en marcha las nuevas Cortes. Ahí, a la vuelta de la esquina, sin que ni siquiera haya tiempo para que nos dé un respiro la última ola de calor. El resultado parece confuso y la pelota está en el alero. Muy pronto saldremos de dudas.

Se dice que el distanciamiento entre los representantes públicos y el resto de la población es grande. Yo no puedo asegurarlo. Sí me parece claro que este mes de agosto que se agranda la distancia. Son el descanso y los festejos los que mandan y ocupan la atención del personal. Lo demás puede esperar.

El ciclo del duro estío se acaba en el calendario -15 de julio a 15 de agosto-, aunque el sol no se haya enterado y siga mandándonos sus rayos sin piedad alguna. Hoy y mañana y pasado, todo fiesta y holgorio. Después, enseguida, la vuelta, el retorno, la rutina, la liga, los horarios…, la nostalgia del agua y del tinto de verano…, y el darse de bruces con la realidad más agrietada.

Como dijo el poeta Miguel Hernández, «lo que haya de venir aquí lo espero / cultivando el romero y la pobreza. / Aquí de nuevo empieza el orden, / se reanuda el reposo, por yerros alterado, / mi vida humilde y, por humilde, muda. / Y Dios dirá, que está siempre callado».

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