FLOR DE ESTÍO
Me declaro rendido y sin las fuerzas
que me ofrece la luz de cada día;
soy un ser desvaído, refugiado
en los difusos brazos de la supervivencia.
Mi piel quiere sentirse nuevamente
en el reino del frío, que los vientos
anulen el poder de la temperatura
y que mi cuerpo explore lo que existe
dentro y fuera de sí, como el que vive
formando parte de un todo que ama
lo que en su interior vive y respira.
Mientras tanto, no quiero ser hipérbole;
pero he de confesar que, en este estado,
me duele hasta existir y solo pienso
en los días del frío y del invierno.
Entonces volveré a ser suplicante
del sol y del estío: soy tan pobre
que voy de extremo a extremo sin remedio.
1 comentario:
Antonio, el calor agota pero como bien dices, cuando llegue el invierno, desearemos el frescor de una cerveza en una terraza.
Publicar un comentario