lunes, 5 de agosto de 2024

RITOS Y RITUALES

 RITOS Y RITUALES

¿Tiene algún sentido dedicar tiempo a conocer todo lo que compone el mundo de los dioses, héroes y demás fauna mitológica en la época clásica?

Yo ya accedo a los libros un poco por casualidad y por impulso: quiero decir que no me planteo la lectura de un número extenso de volúmenes que me den una visión casi completa de un aspecto cultural: ya no estoy para esas carreras ni me interesa estarlo. En todo caso, el mundo clásico me gusta y a él vuelvo con frecuencia; más al mundo griego que al romano, aunque en buena parte son el mismo. Como, además, tengo a la vista unos anaqueles repletos de estos tesoros, la vista y las manos se me van a ellos sin darme cuenta.

Hace ya bastantes años tuve la osadía de reinterpretar y recrear las Metamorfosis de Ovidio. Fue un trabajo arduo del que quedé satisfecho. Leí y he seguido leyendo otras obras del mismo autor. Hace tan solo unos momentos he vuelto a los Fastos, obra que resulta ser una fuente casi inagotable de referencias a las costumbres, ritos y fiestas de la Roma antigua.

En todas las ocasiones, el lector -yo también- se encuentra con la dificultad añadida de reconocer la identidad de los diversos dioses, héroes y demás acompañantes. Todo se complica por las diversas formas que se usan para ese reconocimiento. Un dios, por ejemplo, es el que es; pero también se le moteja por se hijo de, por los hermanos que tiene, por los amoríos en los que interviene, por los lugares en los que anduvo, por los lugares en los que se hallen los templos que les tengan dedicados, por las hazañas que realizara, por su descendencia, por… De ese modo, los nombres aplicados a un mismo dios o héroe se multiplican y tejen una red que no hay quien la desenrede. No hay más que ver que los especialistas dedican casi todo su trabajo en aclarar en pie de página cada una de estas apelaciones. Un lector normal lo tiene complicado y puede caer en la tentación de cerrar el libro y de mandar a los dioses al olimpo del olvido.

Me parece que toda esta erudición se convierte en un sentimiento de tristeza, porque todo se aliviaría si las denominaciones se simplificaran, a pesar de que ello fuera en detrimento de la altura literaria.

Es que, por lo demás, ese mundo es riquísimo y divertidísimo, es un juego continuo y una forma de entender cómo la evolución en el mundo de la religión y de los ritos ha ido cambiando, más en la forma que en el contenido. ¿O qué son los actuales santuarios, las iglesias, las ermitas o cualquier otro lugar con sentido sagrado? 

En ninguna época del año se puede comprobar esto con más intensidad. De hecho, es ahora cuando se prodigan las advocaciones a los santos patronos y se celebran más fiestas patronales por todas partes. Tal vez porque el esquema mental no ande tan cambiado como parece.

Sin embargo, las formas de celebración se modifican y las generaciones nuevas invocan a otros dioses distintos, más próximos y menos poderosos, con menos metemiedos y más sensualidad. Algo que no certifica ni su bondad ni su maldad.

Los tiempos giran. Del caos al mito, del mito a la religión, de la religión a la razón, de la razón a… 

La respuesta está en el viento.

1 comentario:

Jesús Majada dijo...

Tu confesa grecofilia se ve, en parte, traicionada por tu afición, también confesa, al romano Ovidio, con quien has andado largo camino. Y sigues...
En todo caso, el mundo griego y el romanos, como dices, "en buena parte son el mismo".