MI HISTORIA
Mi
historia es un latido sin orillas,
un
barco que navega a la deriva,
sin
faro, sin atraque reservado,
pues
no hay puerto seguro.
Las
noches me sumergen en la bruma
y
la muerte me llama por mi nombre,
que
se ha quedado en sombra y en tiniebla
en
el caos y el silencio de las olas.
Yo
me vi marinero sin conciencia,
polizón
empujado por los días.
Cuando
subí a cubierta y oteé el horizonte,
todo
se fue cayendo del espejo,
hasta
hacer la ceniza y el vacío.
Por
eso, en el naufragio, resucito
la
fuerza desigual de la palabra,
que
grita cara a cara contra el viento,
aunque
sabe que todo ha de volverse
de
la impasible faz de la ceniza.
Por
eso sigo a tientas y en penumbra,
alzándome
del suelo y escuchando
cómo
mana la herida de mi muerte.
Por
eso también grito mi existencia
y,
en la desdicha, canto.
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