domingo, 1 de noviembre de 2015

CARLOS BOUSOÑO



Hace tan solo unos días que ha fallecido el poeta y crítico literario Carlos Bousoño. A él le debo muchas cosas. En algún momento decidí adentrarme en el conocimiento y en el comentario de sus obras de creación. Dediqué a ello casi un año de actividad. Y escribí varios cientos de páginas, que deberían convertirse en un trabajo académico de tesis doctoral. Azares diversos determinaran que todo quedara al final en un camino que olía la meta pero que no la alcanzó.
Después, alguna pifia electrónica de mi ordenador y mis escasas habilidades con el entonces incipiente mundo de la informática hicieron que una buena parte de lo desarrollado se perdiera en las entrañas de los sistemas binarios. Da igual desde la perspectiva de los años pasados. Por ahí quedan los restos de varios centenares de páginas de análisis y de comentario, que acaso tengan salida y luz en algún momento, y el recuerdo de un crítico agudo y sabio, y de un creador que me deja algo frío en la lectura pero que, en todo caso, busca un lugar entre los mejores de la segunda mitad del siglo veinte. Subida al amor; Primavera de la muerte; Noche del sentid;, Invasión de la realidad; Oda en la ceniza; Las monedas contra la losa; Metáfora del desafuero; El ojo de la aguja; Canto de la salvación; El martillo en el yunque… son obras en las que el asturiano deshoja toda una visión humana, mezcla de elementos religiosos y de realidad sensitiva.
Copio, como homenaje, la primera parte del poema SALVACIÓN EN LA PALABRA, dedicado a Jorge Guillén, de su obra ODA EN LA CENIZA (1967):
“Dejad que la palabra haga su presa lóbrega,
se encarnice en la horrenda miseria
primaveral, hoce el destino, cual negra teología
corrupta.
                 Súbitas, algunas formas mortales,
dentro del soplo de aire
permanente e invicto.
la palabra del hombre, honradamente
pronunciada, es hermosa, aunque oscura,
es clara, aunque aprisione
el terror venidero.
Hagamos entre todos la palabra
grácil y fugitiva que salve del consuelo.
…Como burbuja leve la palabra
se alza en la noche, y permanece
cual una estrella fija entre las sombras”.


Dentro del siempre minoritario mundo de la creación poética, Bousoño ha ejercido magisterio en muchos de los creadores posteriores. Otro tanto ha ocurrido -creo que en mayor cantidad- en el mundo de la crítica literaria. Ya no estoy tan seguro de que hoy y en el futuro su suerte corra por el mismo sendero. Ojalá me equivoque porque su sapiencia se merece mejores resultados. 

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