viernes, 19 de febrero de 2016

CUANDO...


CUANDO…

Cuando llegue la luz cada mañana,
me gustaría estar ya acostumbrado
a tu luz, que es más diáfana y más clara;
cuando llegue la hora del asombro,
me gustaría advertir que yo solo me asombro
descubriendo los mapas de tu geografía;
cuando el mundo se llene de basuras
-si es que no lo está ya-
me gustaría vestirme una escafandra
y olvidarme en el fondo de los mares;
cuando el mandato asuste
con castigos eternos y con miedos,
me gustaría pecar y coronarme
como un dios que bendice sus pecados;
cuando el verano traiga la liturgia del mar,
me gustaría que fueras su oficiante
en oración que sea concelebrada;
cuando llegue la muerte
-e incluso mucho antes-,
me gustaría borrar las condiciones
que perviven tan solo en el deseo
y hacer que todo tiempo sea
un presente que engloba

futuros y pasados.

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