miércoles, 24 de febrero de 2016

LA RAZÓN Y LAS RAZONES


De nuevo, siguiendo a don Antonio Machado:
“Es el mejor de los buenos
quien sabe que, en esta vida,
todo es  cuestión de medida:
un poco más, algo menos…”
Por fin, después de más de dos meses, parece que dos partidos políticos se ponen de acuerdo y firman un documento que sirve como una suma de mínimos para una investidura y para un programa de gobierno. Tengo el texto en mi poder y le he echado un vistazo. Un buen número de medidas de carácter general que tienen que tener su concreción y que expresarán su bondad o su maldad según la seriedad y la inteligencia con las que se pongan en práctica. Por lo demás, nada es definitivo pues se necesitan votos que, de momento, ni están ni se los espera. De modo que todo es provisional y puede caducar en menos de una semana.
Me interesan, además del contenido de los pactos como hecho principal, dos variantes. La primera es la del cambio en el tono de las declaraciones de todos los que hayan intervenido en las conversaciones; los que han acordado para magnificar la bondad de los acuerdos, y los que no han acordado para señalar fallos por todas partes y oposición frontal a los mismos. Serán aquellos que un día o dos antes han estado a punto de sellar unas páginas parecidas. O sea que cada cual se pondrá en postura electoral y mirando para su beneficio particular. Y mucho más si consideran que el acuerdo puede no servir y que unas nuevas elecciones generales se asoman por el horizonte.
La segunda es la del embarrado panorama general que seguimos teniendo, lo que no facilita en absoluto las aproximaciones entre unos y otros. Hay algún partido que está hasta los sobacos de mierda y con él no resulta sencillo intentar ni siquiera una aproximación. Pero me gustaría que al menos todos los demás mostraran con un poquito de humildad y de sencillez, sabiendo que no tiene razón el que más voces da, ni se es más sólido ni convincente con maximalismos sino con cesiones y aproximaciones. Y todo sin renunciar a los principios fundamentales que cada cual defienda, pero acomodando esas ideas a la realidad que corresponde y a la variedad social del momento que compone la comunidad a la que representan. No sé si hay más réditos políticos con posturas rígidas. Tampoco me importa demasiado. Sí estoy seguro de que resulta de más alcance el que cede razonada y razonablemente, pensando en las muchas ramas que posee el árbol que cobija a todos.
No sé quién tiene más razón aunque sospecho quién tienen más razones. Porque aquello de la verdad está complicado siempre. Solo las aproximaciones nos guían y nos mantienen. También lo decía don Antonio:
“¿Tu verdad? No, la Verdad,
y ven conmigo a buscarla.
La tuya guárdatela”.

Que dios reparta suerte.

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