miércoles, 16 de diciembre de 2020

ESA CONCIENCIA AZUL DEL UNIVERSO


ESA CONCIENCIA AZUL DEL UNIVERSO

Pensar en la belleza de lo efímero

regresa cada poco a mis afanes.

A menudo me engolfo en el fracaso

de tratar de encontrar, con los filósofos,

las últimas verdades y concluyo

que acaso debería bajar al suelo

y arañarme la cara con mis manos,

dejar sin separar a los paréntesis

y mostrar el valor de los sentidos.

Ver como se dibuja, por ejemplo,

el cielo cada tarde con las nubes,

lo hermoso de la hora en la que suena

el teléfono y siento la presencia

de aquellos que más quiero,

echar al aire risas, ir de compras,

ver jugar a los niños en la plaza,

descuidados de todo,

o dejar que la vida se distraiga

despistada por todos los caminos.

 

No siempre puede ser. La vida pasa

-que es lo que siempre pasa-

servida al por menor, como en rumores

que ocultan otros ecos

de más estrepitoso griterío;

mas sucede por algo y necesito

pillarla por sus partes, dominarla,

aunque muera tal vez en el intento,

deshojado de todo lo inmediato

y en búsqueda febril por el latido

de esa conciencia azul del universo

en la que todo nace, vive y muere

dando vueltas sin causa definida

a un gris e indefinido laberinto.

No hay comentarios: