FELICES FIESTAS (DE NAVIDAD)
Son como niños y no crecen. Habrá que recordar
otra vez que todo el mundo envejece, pero no todo el mundo madura, Ni mucho
menos. Es lo que parece sucederles a los prohombres del Congreso. Resulta que
hasta se enfrascan porque uno dice Felices Fiestas y el otro le recrimina por
no decir Feliz Navidad. Vaya por dios, qué pecado.
El rifirrafe no pasaría de la categoría de
anécdota si no encerrara todo un simbolismo detrás y toda una concepción de la
vida. A ver, convendría no provocar para que no se levante la tormenta.
Parece claro que es mucho más completa la palabra
“Fiestas” que el término “Navidad”, pues recoge todas las posibilidades
imaginables de celebración, mientras que la palabra Navidad nos conduce a las
connotaciones religiosas. Es verdad que esta sociedad bebe aguas religiosas en
su cultura, pero no es menos cierto que cada día las variantes son más y cada
cual las vive según le parece. Con estas dos variables, resulta evidente que Fiestas
es más respetuosa con la pluralidad de los ciudadanos.
Pero es que todo se complica cuando se enfrentan
los hechos sin dogmas preconcebidos y sin prejuicios insalvables.
¿Hace falta recordar, a estas alturas de la
fiesta, lo que realmente se celebra y dónde hunde sus últimas raíces esto de la
Navidad? Es el solsticio de invierno, leches, el cambio de orientación de la
luz, el aumento del día frente a la noche… Que hay que repetirlo casi más que lo
de la falsedad de los Hombres de Musgo. ¿Que sobre eso se quiere imponer la luz
religiosa o divina?; pues muy bien, pero sin engañarse ni engañar a nadie. Entre
otras cosas, porque no hace falta.
¿Hace falta recordar también que la fecha elegida
para señalar el nacimiento de Jesús es azarosa y en modo alguno responde a ningún
dato real? Es que lo ponen todo a huevo, para rematar y meter gol siempre.
Todo esto sin entrar en otras cuestiones de mucho
más largo alcance.
Así que, tómense las cosas con calma, con algo más
de sensatez, de sentido común y de buena voluntad. Y no provoquen, por favor,
porque, si no, se puede entrar al trapo y se caen los palos del sombrajo. Y
conviene la paz entre todos. Si hasta para esto tenemos que oponernos, apañados
estamos.
Pero, si con eso se contentan, pues Feliz Navidad.
O Felices Fiestas de Navidad.
Una consideración: No por mucho levantar la voz
se tiene más razón, ni por oponerse a todo se sirve mejor a un partido ni a una
sociedad. Se debería ser líder por convencimiento, no por avasallamiento.
Un deseo: Que estos días, y todos los demás, sean
lo mejor que puedan ser. Mucho depende de nosotros mismos.
Y, como son como niños, un caramelo para cada
uno. Venga.
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