NAUFRAGO EN LA BELLEZA DE LO EFÍMERO
Naufrago en la belleza de lo
efímero
que se va como sombras en la tarde
y no muestra los límites del
tiempo.
El agua, que se ofrece, como lo
hace
la mar cuando se calma para el
náufrago,
su prístina quietud, su claridad
tan mansa.
Una imprevista ráfaga de viento,
que pasa susurrando a los objetos
y se va sin saber ni a qué ni a
dónde.
La sonrisa de un niño, de una
niña,
que responde, instintiva, a una
caricia.
Las olvidadas caras de una
fotografía,
que vuelven del pasado y nos
recuerdan
que el tiempo es nada y el pasado
es viento…
Tantas pequeñas cosas, que suceden
sin que apenas sepamos que
acontecen
y que, al pasar, nos dejan
un no sé qué que quedan balbuciendo.
Lo mismo que nosotros, que pasamos
como seres pequeños, prescindibles,
en el ficticio discurrir del
tiempo.
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