BRINDIS PARA UNA COMIDA FAMILIAR
Ya mediado el mes de octubre,
cuando el otoño cuajaba,
se cita reunión de primos
en mesón Cuatro Calzadas.
Vienen de distintos sitios:
de Valero, Salamanca,
de Ledesma, de Madrid
y de la ciudad de Ávila…
A la hora del mediodía
allí todos se juntaban.
Cruzan saludos, abrazos,
sus novedades repasan
y, al cabo de un largo rato,
a la mesa se sentaban.
Antes de calmar su hambre
un anuncio les llegaba
para que, en forma de brindis,
a todos los saludara.
El interior de ese brindis
contenía estas palabras:
«Brindad por vosotros mismos
y por los de vuestras casas,
por los presentes y ausentes,
que tanto amor os mostraran.
Sois lazos de una cadena
que por el tiempo volaba.
Recordad a vuestros padres,
que la vida os regalaran
y en muchos días de dudas
tantos cuidados os daban.
Que se sientan orgullosos
porque no os falta de nada,
y que estén en el recuerdo
de todas vuestras palabras.
Bebeos la vida a tragos,
como si fuera agua clara,
que la vida es solo una
y el tiempo todo lo gasta.
Y, por encima de todo,
sed buenos, con eso basta.
Salud y abrazos y besos
de este juglar que aquí os habla».
3 comentarios:
Chin chin a la salud de todos
¡Salud, Antonio!
Salud
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