Me levanto con el
runrún de los resultados electorales. Tal número de diputados para unos y tal
para otros. Un laberinto. Ya diseccionaremos. También con el resultado de algún
partido disputado en la madrugada. Y me enredo con esto de los diputados y de
lo disputado.
Otra vez en busca del
patriarca de la tribu para que nos dé pistas. Putare es verbo latino que
significa pensar. Así que, en buena lógica, re-putare implica repensar,
pensárselo dos veces, no hablar a tontas y a locas. Y enseguida me entran las
dudas y me aparece un racimo de uvas si tiro de un grano o de un gajo.
Porque inmediatamente
pienso en diputados y en diputación, aquellas personas y aquel
lugar en el que se tenían que pensar las cosas dos veces antes de enunciarlas y
de aprobarlas. Sería muy ejemplar que lo hicieran con una sana disputa y no
con insultos y con palabras propias de la lucha grecorromana. De esa manera
adquirían reputación, serían tratadas como personas reputadas y
hasta se podrían alcanzar muchos de los retos propuestos. A veces, lo
que se hace es reptar, o sea, rebajar todo a ras de tierra, como hacen
los reptiles. Para alguno de ellos, como se sabe, hasta se detraen
fondos. Y pueden terminar con miembros imputados. Con frecuencia uno
piensa que casi todo se sustancia en el recuento de votos, de modo que
con un simple contador tendríamos bastante.
Putare y disputare poseían, además, en Latín, el
significado de limpiar. Y por esta línea también salen racimos de cerezas y de
uvas del cesto.
Cuando un árbol crece,
se le embrida con la poda, se le amputan los brotes que sobran para
que crezca con limpieza. Como a los seres humanos, igualito. Algo parecido a lo
que a casi todos nos hacían de pequeños cuando nos colgaban el sambenito de los
apodos.
Como la vida da muchas
vueltas y la lengua es un ser que, como los demás, nace, crece, se desarrolla,
cambia constantemente, se multiplica y muere, va comprando propiedades y
vendiendo otras, invade campos de la realidad y se retira de otros. Es la vida
misma.
Véase, si no, el mundo
de las cuentas y de los dineros: contar, computar (doblete,
como tantos otros), cuenta, contable, contabilidad, cómputo, descuento,
descontar, contante y sonante…
O trasladémonos al
mundo de las computadoras o territorio computacional que está en
la base de la principal revolución de la Historia.
Que nadie crea que
intento contar un cuento, porque aspiro a no ser un cuentista.
De modo que, sin
arrimar historia a cada una de las palabras, nos ha salido un racimo curioso a
partir de Putare; un racimo, como todos, incompleto y que se cuelga para
que quien quiera coma alguna uva y añada las que considere.
Los diputados
deberían conocer bien lo que implica su cargo, nosotros también. Para pedirles
algo más de serenidad y de razonamiento y para que cada vez que se cita el
Congreso de los Diputados o las Diputaciones, creamos que allí
ejercen su trabajo personas reputadas y sensatas. Si no, los vamos a
tener que podar y mandarles un manual de buena ética y comportamiento. A
ellos y a todos nosotros.
N.B. A todo esto, no
he dicho nada del partido que se ha disputado esta madrugada. ¿Habrán
pensado e intercambiado opiniones razonadamente entre los jugadores durante el
juego? Ufffffffffff.
No hay comentarios:
Publicar un comentario