lunes, 10 de julio de 2023

ELECCIONES

 ELECCIONES

Con la promesa (no definitiva) de dejar que corra la campaña electoral hasta su final para opinar después de los resultados, dejo aquí unas notas en forma de índice acerca de lo que pienso de todo este asunto.

. El PP sigue con la matraca del «sanchismo», como si todo se resumiera en este lema. A ultimísima hora publican un programa electoral que tenía que estar en la base de todo y debería ser el cimiento en el que se asentara aquello que quieran predicar. Pues no, sanchismo y más sanchismo; como si de un país dictatorial se tratara. Por lo demás, esas pocas proclamas programáticas, que son las que llegan al gran público, no apuntan a otra cosa que a lo de siempre, a dar a entender que la intervención del Estado será menor. Luego no se atreven a recortar ni la mitad de lo que anuncian. Por lo demás, huyen de la confrontación pública porque saben que llevan todas las de perder. El partido que está en la oposición siempre exige debates; pues esta oposición, ni eso siquiera. Como la ola les viene favorable, lo mejor es no exponerse y andar escondidos hasta el día de las elecciones. Para rematar, me parece (¿será que yo no sé ver, mirar, oír y escuchar?) que siguen rayando continuamente la mentira y la mala educación. Y todo sin coste político alguno. Todo ello apunta, sin duda, a los electores, cuya voluntad hay que respetar, pero que en absoluto uno tiene la obligación de compartir.

. VOX resulta más atrevido. No disimula y eso es algo de agradecer. Con ellos uno no se puede llamar a engaño. Algo distinto es compartir sus ideas. Como yo tampoco me suelo esconder demasiado, repetiré que lo que vengo llamando el ASUNTO TERRITORIAL está en la base de todo y plantearse su eficacia y su bondad no es algo que tenga que ser rechazado por principio sino desde la aportación de datos y de reflexiones. A mí lo de la unidad de España me importa un carajo si su partición o su organización descentralizada resultara más beneficiosa para la comunidad entera y para los menos beneficiados. Pero vuelvo a expresar mis dudas ante tanta falta de lealtad como observo por parte de tantos partidos y partidillos que solo piden para ellos y no proponen medidas para los demás. Y me llevan los demonios cuando los que lo hacen son precisamente aquellos que se hallan en una situación (geográfica, económica…) más favorable. Huele a nacionalismo, claro. Algunos se llaman de izquierdas y yo me revuelvo tratando de entender lo que me parece una contradicción absoluta.

. SUMAR es un conglomerado de partidos en el que no veo claro cuál puede ser el horizonte. No lo veía en PODEMOS y tampoco lo veo ahora. Puede que un primer arreón les sea favorable, pero quiero ver qué pasará dentro de unos meses o de algún año, cuando cada facción recuerde qué hay de lo suyo y tire de la madeja. No puedo dudar de sus buenas intenciones, pero no creo que su influencia se vaya a mantener. ¿O ya se nos ha olvidado aquello de «Aquí cómo nos llamamos»?

. Para los partidos nacionalistas me sirve la mitad de lo dicho para VOX y la otra mitad expresada para SUMAR.

. El PSOE sigue nadando, como siempre, entre dos aguas. Es el campo minado de la social democracia, ese dilema que consiste en amalgamar la intervención del Estado con el impulso de cada individuo, dar yeso a la iniciativa personal con la necesaria corrección del Estado para que las desigualdades no se agranden ni se multipliquen. En este estado de cosas, le suelen llover palos por todas partes, incluso desde dentro de su propia organización. Ha sido y será siempre así. A mí (que critico y estoy en desacuerdo con bastantes de sus decisiones) me sigue pareciendo la opción menos mala. A la trayectoria histórica me remito y a los logros de la última legislatura también.

Y, sin embargo, los vientos le soplan en contra. De nuevo por el asunto territorial. ¿Será mucho pedirle que, en esta materia, sean más claros y que no les duelan prendas a la hora de defender y de sentirse orgullosos de los símbolos comunes de todos los españoles? Me atrevo a asegurar que solo con esto tendría casi todo el camino andado y obligaría al PP a confrontar ideas y programas, en vez de gastar fósforos en humo y en miedos.

Tengo la impresión de que el PSOE está planteando la campaña en negativo, desde el miedo a que gane la derecha y a que entre en el Gobierno VOX. No digo que no haya que recordarlo, pero me apena que no se ponga más énfasis en el orgullo que hay que sentir en proclamar lo que significa la ideología socialista y los logros que con ella se consiguen.

. Cada legislatura aporta la presentación de más partidos regionales y provinciales. Por distintos motivos, pero con los mismos fines, pienso lo mismo que con los partidos nacionalistas.

 

Y en todo este racimo de partidos, de programas, de personas, de mentiras y de medias verdades, de mejores y de no tan buenas intenciones, de jaleos mediáticos y de calores a gogó, todos estamos llamados una vez más a las urnas. Yo votaré, y votaré lo que creo que es el mal menor y lo que me ofrece cierto equilibrio entre mis libertades e ilusiones individuales y la necesidad de mirar al bien común y a la justicia distributiva. Las ideas deberían estar ya fijadas, la ideología también, las experiencias están ahí, las maneras de actuar también, los intereses otro tanto, los ideales siguen recordándonos que podemos actuar sobre la realidad y sobre lo que nos rodea.

Todo al final, en la papeleta y en el recuento de las urnas. Cada cual sabrá actuar en conciencia.