PADECER
Otra vez en el juego de palabras, ese milagro que
revela en realidad la nada de las cosas y las pone al alcance para que podamos
sobrevivir en la admiración.
Que la palabra está llena de limitaciones no es nada
nuevo. Pero, a pesar de ello, con ella nos debemos conformar y a ella debemos
estar agradecidos por todo lo que nos regala a cambio de tan poco. Nosotros
deberíamos conocerla y mimarla un poco más de lo que lo hacemos.
Hoy me paro a mirar desde la ventana cómo corretean
por la plaza dos grupos de palabras; como si estuvieran jugando a cualquier
deporte. El primer equipo está dirigido por simpatía y el segundo por compasión.
Simpatía y compasión.
Ambas proceden del mismo lugar: el verbo latino
patior, padecer, sufrir. Una de ellas se apoya en el prefijo griego sin-
y la otra en el prefijo latino com-. Ambos prefijos añaden el significado de compañía.
Al equipo de compasión se incorporan compadecer,
padecimiento, compasivo, compatible, incompatible, paciente, paciencia,
impacientar, pasión, pasional, patíbulo, patético, apático… Un buen equipo, con
un banquillo amplio, una familia léxica numerosa.
En el equipo de simpatía se alinean simpático, antipático,
simpatizar, simpatizante, simpatético, simpáticamente, simpaticón y poco más.
Un equipo menos concurrido.
Lo llamativo del todo es que, siendo el origen el
mismo y la composición también, la orientación de sus significados no lo es. La
familia léxica de compasión está casi toda ella de luto, sus connotaciones
apuntan al sentido negativo, mientras que las de la familia de simpatía apuntan
casi todas hacia lo positivo, a levantarnos el ánimo y a situar en el lado
bueno todo lo que su significado aporta.
Las desavenencias no están en el origen, sino en el
desarrollo de la lengua, que va dando cauce y añadiendo significado connotativo
a las palabras. Para poder seguir viviendo, estas tienen que buscarse un lugar
y una especialización.
Y ahí las tenemos, como si fueran a disputar un clásico
de fútbol; sin darse cuenta de que se han formado todas en la misma cantera.
Sería jugar con ventaja comportarse como aficionado o
forofo de las de aspiración positiva. Sobre todo, si tuviéramos en cuenta que
el tal patior latino implica un padecimiento que se concreta en mover el
sentimiento, en ponerse a sentir y a actuar, tanto para lo bueno como para lo
malo.
Así que dejémoslas jugar y que gane el mejor equipo.
Tal vez empaten o hasta se den cuenta de que, en un juego de equipos, para que
uno gane tiene que haber otro que pierda.
Lo importante es participar, jugar, padecer, que nos
duela la vida y que nada nos resulte ajeno, que no seamos pastueños ni nos
durmamos en la complacencia, que no demos nada por sentado y que nos
preguntemos todo, que padezcamos la epidemia de la curiosidad. Porque, cuando
se padece el mal de la curiosidad, es mejor no buscar cura, porque no la tiene.
1 comentario:
Sencillamente me ha encantado este juego de palabras.
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