CONCIENCIA DEL DOLOR
No es el espanto físico un espanto
licuado en estertores de la muerte,
pues pesa y cruje, grita lo que siente
en gravedad, en golpes, y hasta en llanto.
Hay que saber doler la vida cuando
su plenitud en soledad se ofrece
y sueña clara luz en el doliente,
que asciende a mejor vida palmo a palmo.
Descendí a la consciencia de mis huesos,
supe de mí en columnas y en dolores
y sigo analizando devaneos
nacidos en ensueños y pudores
de sueño y de metal.. No son mis días
para esas deletéreas melodías.
1 comentario:
Creo que el doliente, después de su duelo...ha ascendido a mejor vida...y se ha dignado a escribir para gozo de sus seguidores, jeje...me alegro que estés bien.
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