HOY, CATORCE DE AGOSTO, DOS MIL DOCE
Hay fechas que se posan
con una suavidad imperceptible
en el trasfondo gris del calendario
y se esconden en él como si huyeran
de la simple molestia que evocara
su sencilla presencia entre las páginas.
Hay otras, sin embargo,
-siempre en página impar,
clara tipografía y subrayado-
que exigen la atención sin condiciones,
que rompen la rutina y se hacen eco
de lo que el viejo tiempo va dejando
como poso en las sendas del pasado
y de aviso en las líneas del futuro.
Hoy es una de ellas
y quiero simplemente,
con esa sencillez de quien contempla
lo inevitable del fluir del tiempo
y acaso solo pueda
mirar, reír, llorar, seguir llorando,
dejar constancia fiel de su existencia.
Hace ya quince años -tántos años-
que los amplios poderes del silencio
se han ido haciendo fuertes
con el dolor constante de una ausencia.
Hoy se anuncia al futuro un nuevo eco
que ha de sembrar de vida el horizonte;
tendrá que ser clamor contra el olvido
de aquel otro silencio del pasado.
Destruyen las tormentas en su empeño
las ramas y las hojas pero encienden
el germen de otra nueva primavera
en la que el árbol vuelve a ser ofrenda
del ansia incontenible de la vida.
Hoy recuerdo
y en el recuerdo lloro emocionado;
imagino el futuro tiernamente
y lloran mi emoción y mi pasado.
1 comentario:
Recuerda,imagina y siente...la crisis no puede con esto.
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