martes, 14 de junio de 2016

QUEJA Y DESEO


QUEJA Y DESEO

Nadie puede impedir que con las olas
el mar nos deposite sus bostezos
en la arena gastada de las playas.
Cuando se acerca la estación que duerme
en la escondida luz de su memoria,
el cielo se proclama y se hace fiesta,
las aves se despiertan y se afanan
en anunciar al cielo su llegada.

Todo es feliz comienzo y vida plena
en la naturaleza.

¿Por qué tanto precepto, tanta guía
que niega para el hombre
-más para la mujer-
que la vida se ensanche y se propague
y que el miedo sea pasto de las llamas
del reino del olvido?

Hoy es noche de luna y nos sonríe.
Démonos, pues, la mano y caminemos
por donde venga el eco de la brisa,
sin otro mandamiento que ese impulso
que nos lleva a la fuente de la vida.
Que en ella nos perdamos

hasta romper el límite del gozo.

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