EL DÍA CINCO DE FEBRERO…
Este
febrerillo loco ha comenzado, en su primera semana, con días grises, que me
mantienen en casa, mirando a escondidas, a simples vistazos y con la precaución
de las mascarillas, cómo me realizan unas obras de albañilería. Cada obra en mi
casa se me hace siempre eterna, y, en estas condiciones, más.
Así me
ha pillado este viernes de las Águedas. Tradicionalmente observo por las calles
a un nutrido grupo de mujeres, vestidas con traje típico, que hacen visible un
día en el que dice la tradición que ‘manda la mujer’. En algún pueblo de esta provincia de Salamanca,
incluso tienen su propia canción, que singulariza esta fecha como acotada para
el ‘mando de la mujer’. No debo repetir lo que todo esto me sugiere, pues ya lo
he hecho en varias ocasiones, y no he cambiado de opinión.
Las
obras me tienen recluido en una habitación, donde paso el día. Aquí deshojo
libros y ensayo palabras. Por casualidad, releo a la Pardo Bazán en sus Pazos de Ulloa. Qué bien recoge el
ambiente rural en el que los hombres y mujeres de este país han vivido sus
penas y sus gozos. Y para ello, no la veo ni vestida de lagarterana ni haciendo
pasacalles con gaita y tamboril, sino poniendo a caer de un burro la escala de
valores que propiciaba aquellas costumbres y aquellos comportamientos.
Cada
hecho y cada costumbre debe explicarse y entenderse desde su contexto histórico;
sin ello, nada resulta correcto. Sin perder el amor a las tradiciones -que nos
conforman y que nos explican, que nos agregan y que nos sostienen y que yo tanto amo-, reivindico
el análisis de sus contenidos y la actualización o la eliminación, si hace el
caso, de aquellos que estén fuera de lugar o que representen valores que
degradan a las personas.
No sé si
toda esta parafernalia de las Águedas añade algo a la reivindicación de las
mujeres en nuestros días. Y un poco menos en los casos en los que esas
manifestaciones están promocionadas por gente que el resto de los días del año
calla y otorga, se somete y aplaude, se deja llevar y no se rebela. No sé…
No hay comentarios:
Publicar un comentario