¡QUÉ PAÍS!
Viajé ayer a Ávila para estar unas horas con mis hijos y mis nietos.
Preparamos una frugal comida campestre para degustarla en el paraje de El Soto,
una fresneda hermosa al lado del Adaja, amplia y soleada. Hacía dos meses que
no nos encontrábamos. Llegamos a la hora de comer, cuando el sol permitía
sentir sus rayos tibios. Acotamos dos mesas cercanas y en ellas nos
distribuimos: cuatro en una y tres en otra. Solo nos quitamos la mascarilla en
el momento justo de la comida y sin mezclar los escasos cubiertos necesarios.
Después paseamos por el parque distendidos y con el cuidado siempre presente.
Cuando el sol declinaba, nos despedimos y regresamos hasta esta ciudad estrecha.
El viaje se nos fue -como se nos va siempre- en celebrar la salud y el
discurrir de la vida de todos nosotros.
A la vuelta me entero de que iban a entrevistar a Victoria Abril y de que
iba a refrendar unas palabras, pronunciadas en una entrega de premios, en las
que se mofaba de las vacunas contra la COVID. La madre que la parió, y que me
perdone su santa madre. La había visto haciendo figurines con el cuerpo -yo
creo que un poco desgastado y vete a saber de qué- y buscando su minuto de
gloria en la televisión.
Busquen su recorrido intelectual y verán qué les sale en él.
El mismo proceso racional de siempre: a) Que se expresen opiniones no es
lo mismo que respetarlas; b) Que una persona sea actor o actriz no quiere decir
que tenga nada consistente en su cabeza (tampoco lo contrario). c) Intelectual
es el que utiliza el intelecto en sus comentarios y en sus comportamientos
vitales (exponer cuerpos y hacer visajes poco tiene que ver con ello). d)
Igualar popularidad con inteligencia es de imbéciles y así nos va. e) Tienen
culpa infinitamente mayor los que forman la tropa de papanatas que abren ojos
(u otros apéndices) como platos cada vez que aparece la figura de cualquier
famosillo. f) La misma culpa que los que les dan voz para subir la audiencia. g)
Un país en el que sucede esto muestra una escala de valores que me merece el
mayor de los desprecios. h) Y en este plan…
Un mes a cuidados intensivos, otro cavando a pico y pala y un tercero a
poner tejas. Y luego ya, si eso, al Origud y a la representación y a eso de la ‘intelectualidad’.
O al Un, Dos Tres. Y de ahí al premio Nobel.
Bueno, me callo.
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