EL MÁSTER DE LA CIFUENTES
Cristina
Cifuentes, expresidenta de la Comunidad de Madrid,
ha
sido absuelta en el llamado caso Máster,
a pesar de todos
los indicios, por falta
de pruebas concluyentes en su contra.
El fallo del caso Máster
nos ha dejado flipando,
con dos palmos de narices
y con ojos como platos.
Un tribunal de justicia
en su sentencia ha
dictado
que la señora Cifuentes
ha hecho un curso de
postgrado
sin asistir a las clases
ni defender sus trabajos
y que una subordinada
-sin que se sepa por
cuánto-
ha tejido y destejido
y de todo se ha encargado
sin que la ilustre señora
de nada se haya enterado;
tan solo que un día
cualquiera
en sobre blanco ha
llegado
certificado del máster
con firmas y bien
sellado.
Ella calla, nada sabe,
solo en el momento cuando
el pastel se le descubre
saca pecho: “No me
marcho.
Lo que dicen es mentira:
aquí está el
certificado”.
Niega, reniega, amenaza
con querellas a destajo.
El tribunal a las otras
personas ha condenado;
será por entrometerse
donde a nadie habían
llamado.
Si nadie les ha pedido
realizar ningún recado,
¿a qué tanta diligencia
en asuntos no mandados?
Tal vez esté la Cifuentes
pensando si demandarlos
por entrar en vida ajena
sin respetar lo privado.
¿Quiénes son los que, en
el máster,
salen más beneficiados?
¿Es la señora Cifuentes
sabedora del regalo?
¿O es tan tonta que ni de
eso
declara haberse enterado?
¿Quid pro quo?, señalan todos
los que el asunto han
tratado.
¿Cui prodest, claman a gritos,
tamaño desaguisado?
Ni con ruedas de molino
pueden haber comulgado.
Así la sentencia dicta,
por no haber pruebas
encontrado,
que no puede condenarse
por indicios y relatos;
mas para que vean mis ojos
candil no han necesitado.
Tendrá valor la sentencia
que en sus letras ha
dictado
que es mejor un reo
inocente
que cien que sean
castigados,
y que la justicia falle
con todo garantizado.
Pues, hala, señá
Cifuentes,
a la calle y al mercado,
a recobrar lo perdido
y a trabajar a destajo,
y al mundo de la
enseñanza
con el curso de
postgrado.
Y con similar esfuerzo,
la tesis y el doctorado.
Si me permite un consejo,
aunque no sea de su
agrado:
en los grandes almacenes,
cuidadito con las manos.
1 comentario:
Muy bien explicado.
Publicar un comentario