ME DA MIEDO DECIRLO
Me da miedo decirlo a palo seco
y me pido y suplico perdón por la osadía:
amar es reducir el universo
a un acto singular de plano corto,
jugarse todo
a la fortuna de una sola carta,
decir sí solamente
a ese rayo de sol o de ternura
que te roza al azar en cualquier parte
y perder la conciencia del paisaje
que se humedece en toda la tormenta,
un hermoso egoísmo
que anula la pasión de los plurales
y convierte las calles
en un solo carril de direcciones únicas,
un dedo ante la luna y un árbol frente a un bosque.
Amar es desnivel
en el peso final de la balanza,
es exclusión consciente o inconsciente
del mundo de los otros,
amantes a su vez
del reino de sí mismos.
Amar es ver el mundo
en la cárcel estrecha de otros ojos,
esquivar cualquier súplica
de todo lo que piden las palabras,
asideros del mundo de las cosas,
resumir en nosotros
lo infinito y lo eterno de todo lo que existe.
Pero he de amar y amarme
como mejor y más hermosa empresa
para sentir el mundo mas allá de mí mismo,
para teñirlo todo de ese color azul de tu mirada,
para llorar sin pausa
la pérdida de aquello
que no consigo amar por imposible.
Porque, a pesar de todo,
me siento casi siempre
satisfecho en mi mundo y en tu mundo.
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