LA NOCHE QUE BUSCABA EL PEREGRINO
-Adéntrate en mi hogar, no tengas miedo
-le dijo la muchacha con cara soñadora-,
pareces peregrino y tu mirada
manifiesta las huellas del cansancio.
-Vengo desde muy lejos, desde el reino
donde vive el placer de la poesía
y quiero conocer bien las entrañas
del mundo de la noche,
las enseñanzas últimas, las prácticas
del reino desigual de lo prohibido.
-Pues abre la cancela y ven conmigo:
acótame y abrígate en mi cuerpo,
abre tus ojos todos,
adéntrate en mi piel y enciende bien sus poros,
conocerás la noche
que busca el corazón del peregrino.
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