¿POR QUÉ TAN
POCOS DÍAS?
Para mi nieta, Sara, que pasó solo unos días con
nosotros y se nos fue otra vez dormidita y de
madrugada.
¿Por qué tan pocos días
inaugurando el sol con tu sonrisa,
vistiendo de colores los pasillos
de esta casa, hoy tan sola?
¿Por qué se han derribado de repente
esas ganas de todo cuando apenas
era cierto el sabor de la alegría?
¿Por qué si todo fue juego y constancia
de la verdad del agua y de los pájaros,
de tu sonrisa limpia e inocente,
tienen que clausurarse las verdades?
Ahora todo es silencio
y un brumoso recuerdo
anda por las habitaciones de la casa,
los grifos vierten gotas de tristeza
y se llevan los ecos de tus risas
camino de las playas.
Hoy, el misterio de la luz dormida
me ayudará a guardarte hasta que vuelvas;
nada será sin ti cosa ya cierta
sino esperar a que la vida invite
a sus mejores frutos: tu presencia.
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