YO SACIABA MI SED AQUELLA TARDE
Yo saciaba mi sed aquella tarde,
sumergido en las aguas de tu
boca.
Todo era sol y fuego por la
arena,
que daba paso al fresco de la
gruta.
Allí estaban tu nombre, los abismos
del mundo de los sueños, el
placer
despistado y haciendo de las
suyas.
La inmersión más profunda
que ha conocido el fondo de los
mares.
Me he quedado a vivir en las
corrientes
submarinas que mandan sus
mensajes
hasta el fondo salado de la
ciudad prohibida.
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