INVITACIÓN
Dame la mano y vamos
a buscar el camino de la
infancia.
Éramos casi niños. En lo alto
jugaban las cigüeñas. Los
senderos
eran todos abiertos y gozosos.
Recuérdalo sin prisa y en
silencio.
Descubre en mí tu huella y tu
camino,
levántate tú misma en mi
estatura,
revisa las tormentas y los
vientos,
las épocas de sol y de bonanza
de mis días pasados: son los
tuyos.
Yo seré tu camino, tú mi senda.
Mi voz será tu voz y, cuando
digas
“amor” sabré que yo amo y que
tú aguardas
el eco agradecido de mi voz.
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