LA MESA DE LAS AUSENCIAS
La memoria
requiere un plano largo
para velar
detalles no pulidos
y dejar que
tan solo el poso denso
busque un
blanco relieve a nuestro lado.
La dirección es
doble y variable:
del presente
al pasado, del pasado al presente.
Los caminos
se cruzan y en la rutas
hay
intercambio azul de soledades.
Hoy debo
confesar que, en ocasiones,
me anega el
sentimiento de la desolación:
yo recuerdo
el pasado, pero este
no me
recuerda a mí. Las sucesiones
del tiempo en
mi memoria se hacen luces
y sombras que
se asoman y se vuelven
al impreciso
reino del olvido.
Yo procuro, en silencio,
un lugar que
no estorbe
en la mesa que
acoge a las ausencias
y desde allí
compruebo con nostalgia
cómo se van
las huellas diluyendo
en el eco
impreciso del pasado.
Alzo mi copa
y brindo. Las miradas
me dicen que
a su lado hay aún refugio
en el que
calentar mis frías manos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario