martes, 15 de septiembre de 2015

PALABRERO MENOR ES MI EJERCICIO


PALABRERO MENOR ES MI EJERCICIO

Mi oficio en esta vida  tan dispersa
es padecer asombro ante las cosas
-eso que me hace ser exactamente hombre-,
verlas venir de frente y contemplarlas
como si nunca antes las hubiera visto,
buscarles el temblor, la mejor cara.

En tanto que ejercito mi sorpresa,
 esa secuencia íntima
que corre por sus venas me susurra
que hay otra luz más nítida y sencilla.

Después de esa extrañeza -tal vez al mismo tiempo-,
he de darme al oficio de nombrar y nombrar,
de darles cuerpo, de cuajar el sonido más perfecto,
de articular el ritmo y la armonía
entre la voz y el peso de sus significados:
le son, le sens, a efectos compartidos.

Y ya solo nombrar, nombrar, darle salida
al murmullo continuo que forman las palabras
en su afán por formar parte del canto.

Palabrero menor, partero sin descanso,
mientras la vida fluye y siempre nos invita
a descubrir sus blandos territorios

donde es posible la perplejidad.

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