miércoles, 20 de julio de 2016

HACE CIEN AÑOS (Usos y costumbres III)


Esta amplísima encuesta hace su siguiente parada en el MATRIMONIO. Es verdad que, por el camino se ha dejado todo el período en el que el ser humano se va asentando, va reconociendo la realidad, adquiere autonomía, es reconocido por la sociedad como persona independiente y termina, en muchos casos, con la boda. No se puede abarcar todo, y menos en una encuesta.
Para este apartado del matrimonio, la encuesta recoge numerosísimos apartados, hasta terminar haciéndose un tanto prolija. Pero es difícil oponer resistencia a este intento de poner claridad en un hecho que involucra a tanta gente y que marca para el resto de la vida. Por eso tantas preguntas y tantas respuestas: El noviazgo (creencias y supersticiones para encontrar novio o novia; medios para captar la benevolencia de los padres…); consideración de la virginidad de la mujer; frecuencia o no de los enlaces entre parientes; épocas más propicias para el inicio de relaciones; formas de declararse; relaciones entre los novios (ocasiones de verse y hablarse, rondas y serenatas…); el caso especial de los novios forasteros; importancia de las condiciones físicas y económicas de los novios; capitulaciones matrimoniales (condiciones más frecuentes, la dote…); las amonestaciones; la boda (designación de los padrinos, obligaciones de estos, prácticas anteriores a la ceremonia religiosa…); invitaciones; regalos; costumbres si el novio es forastero; cortejos y comitivas entre la casa del novio y de la novia; la ceremonia religiosa (días y épocas más propicias, acompañamiento y orden, trajes); fiesta de la boda (fórmulas de felicitación a los desposados, prácticas particulares en la boda, agasajos de los novios a los invitados, bailes, bromas y chanzas a los novios, las tornabodas…); el domicilio de los desposados; las bodas de plata; las bodas de viejos y viudos (cencerradas, otras burlas…); cómo se constituye la sociedad familiar; la valoración de la mujer en el matrimonio, el régimen de bienes; las adopciones si las había; el adulterio (frecuencia, consideración social, posibles sanciones); separación de los cónyuges; las uniones ilegítimas…
El desarrollo de cada uno de estos subapartados y el menudeo por las características especiales de cada lugar terminan dando un panorama muy rico de la forma de entender este hecho fundamental por parte de nuestros antepasados. De todos y de cada uno de ellos hay noticias de la ciudad de Béjar, o al menos de su comarca (Navacarros, Candelario, Sorihuela, Fuentes). Todo parece que apunta a la necesidad de abarcarlas en un trabajo más extenso. Pero valga en esta ventana una muestra.
Cuando se piensa en Béjar, hay que tener siempre la consideración de que se trata de un medio urbano e industrial, de tal modo que sus costumbres seguramente tienen que ver más con las ciudades que con los pueblos más pequeños. De todos modos, poseemos mucha documentación -además de la que se refiere a Béjar- también acerca de las costumbres de Navacarros y de la comarca serrana de Béjar y, a tan pocos kilómetros, los usos no pueden ser muy diferentes.
El informante contaba lo que sigue en lo que se refiere a la designación de los padrinos: “En la sierra de Béjar, los padrinos tienen que ser elegidos por el novio y son estos o hermanos casados o parientes más cercanos o amigos casados, en una palabra, los más ligados con el novio, bien por amistad o bien por parentesco, y cuando no hay persona que pudiera hacer esto es de parte del novio su padre el padrino, y de parte de la novia la madrina, bien sea la madre o una amiga. En la aristocracia es general que el padrino sea el hermano de la novia, y la madrina hermana de la novia”.
La elección del padrinazgo comportaba una responsabilidad muy grande para el resto de la vida, y las consecuencias que de ella se derivaban eran muchas. Por eso la importancia del acierto en la elección.

Hoy el noviazgo, la ceremonia legal o religiosa y el desarrollo de la fiesta parecen bien diferentes. Pero se trataba -hoy también- solo de describir algo del tiempo pasado. Las consecuencias son de cada uno.

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