Esta amplísima encuesta hace su
siguiente parada en el MATRIMONIO.
Es verdad que, por el camino se ha dejado todo el período en el que el ser
humano se va asentando, va reconociendo la realidad, adquiere autonomía, es
reconocido por la sociedad como persona independiente y termina, en muchos
casos, con la boda. No se puede abarcar todo, y menos en una encuesta.
Para este apartado del
matrimonio, la encuesta recoge numerosísimos apartados, hasta terminar haciéndose
un tanto prolija. Pero es difícil oponer resistencia a este intento de poner
claridad en un hecho que involucra a tanta gente y que marca para el resto de
la vida. Por eso tantas preguntas y tantas respuestas: El noviazgo (creencias y
supersticiones para encontrar novio o novia; medios para captar la benevolencia
de los padres…); consideración de la virginidad de la mujer; frecuencia o no de
los enlaces entre parientes; épocas más propicias para el inicio de relaciones;
formas de declararse; relaciones entre los novios (ocasiones de verse y
hablarse, rondas y serenatas…); el caso especial de los novios forasteros;
importancia de las condiciones físicas y económicas de los novios;
capitulaciones matrimoniales (condiciones más frecuentes, la dote…); las
amonestaciones; la boda (designación de los padrinos, obligaciones de estos, prácticas
anteriores a la ceremonia religiosa…); invitaciones; regalos; costumbres si el
novio es forastero; cortejos y comitivas entre la casa del novio y de la novia;
la ceremonia religiosa (días y épocas más propicias, acompañamiento y orden,
trajes); fiesta de la boda (fórmulas de felicitación a los desposados, prácticas
particulares en la boda, agasajos de los novios a los invitados, bailes, bromas
y chanzas a los novios, las tornabodas…); el domicilio de los desposados; las
bodas de plata; las bodas de viejos y viudos (cencerradas, otras burlas…); cómo
se constituye la sociedad familiar; la valoración de la mujer en el matrimonio,
el régimen de bienes; las adopciones si las había; el adulterio (frecuencia,
consideración social, posibles sanciones); separación de los cónyuges; las
uniones ilegítimas…
El desarrollo de cada uno de
estos subapartados y el menudeo por las características especiales de cada
lugar terminan dando un panorama muy rico de la forma de entender este hecho
fundamental por parte de nuestros antepasados. De todos y de cada uno de ellos
hay noticias de la ciudad de Béjar, o al menos de su comarca (Navacarros,
Candelario, Sorihuela, Fuentes). Todo parece que apunta a la necesidad de
abarcarlas en un trabajo más extenso. Pero valga en esta ventana una muestra.
Cuando se piensa en Béjar, hay
que tener siempre la consideración de que se trata de un medio urbano e
industrial, de tal modo que sus costumbres seguramente tienen que ver más con
las ciudades que con los pueblos más pequeños. De todos modos, poseemos mucha
documentación -además de la que se refiere a Béjar- también acerca de las
costumbres de Navacarros y de la comarca serrana de Béjar y, a tan pocos kilómetros,
los usos no pueden ser muy diferentes.
El informante contaba lo que
sigue en lo que se refiere a la designación
de los padrinos: “En la sierra de Béjar, los padrinos tienen que ser
elegidos por el novio y son estos o hermanos casados o parientes más cercanos o
amigos casados, en una palabra, los más ligados con el novio, bien por amistad
o bien por parentesco, y cuando no hay persona que pudiera hacer esto es de
parte del novio su padre el padrino, y de parte de la novia la madrina, bien
sea la madre o una amiga. En la aristocracia es general que el padrino sea el
hermano de la novia, y la madrina hermana de la novia”.
La elección del padrinazgo
comportaba una responsabilidad muy grande para el resto de la vida, y las
consecuencias que de ella se derivaban eran muchas. Por eso la importancia del
acierto en la elección.
Hoy el noviazgo, la ceremonia
legal o religiosa y el desarrollo de la fiesta parecen bien diferentes. Pero se
trataba -hoy también- solo de describir algo del tiempo pasado. Las
consecuencias son de cada uno.
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