LOS DÍAS CONTADOS
Los robles, los castaños, los
rosales
tienen los días contados, y las
rocas
serán polvo mojado y hecho nada.
Las mañanas ya no serán mañanas,
los crepúsculos no añorarán la
noche.
Cuando la muerte llegue hasta mi
puerta,
todo se hará ya olvido y en el
cielo
no se verán los guiños ni los besos
que emiten las estrellas si se
miran.
Dejar de ser anula la existencia
de todo lo que viven mis sentidos:
mis cenizas serán el resultado
de un soñado capítulo
en el oscuro libro del destino.
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