lunes, 11 de julio de 2016

LÍRICA, ÉPICA, DRAMÁTICA


Para la creación artística necesitamos -humildad, sencillez y evidencia obligan- a partir de algún elemento acerca del cual podamos decir algo. Cómo llegamos a él, de qué forma lo hacemos nuestro y lo aprehendemos, y en qué forma lo relacionamos con nosotros mismos o con los demás es el auténtico objeto de la creación.
Imaginemos la “tarde” como elemento que nos ha de servir como masa para la construcción de una imagen, un símbolo o todo un discurso narrativo. Lo primero será hacernos conscientes de su existencia, algo así como trazar los límites, marcar el territorio que abarca ese objeto, esa imagen o ese concepto. Nuestra primera visión seguramente será del todo y en forma mostrenca y gruesa. Nos serviría la imagen panorámica de nuestros ojos o la definición objetiva del diccionario.
Un creador no puede conformarse con eso. El siguiente impulso lo llevará a dividir la imagen o el concepto en partes autónomas, que han de servir para descubrir aspectos que, de otra manera, se nos quedarían en la oscuridad y el olvido. Sean, por ejemplo, los colores, la temperatura, las sombras que produce, la evocación de la noche, la luz que deja atrás, la serenidad que puede evocar… En este nivel, el creador ya se separa del resto de los usuarios de esta imagen y de esta realidad. Se demorará en aquellos aspectos que más le llamen la atención y hasta añadirá otros que, aparentemente, no pertenecen a la realidad pero son contiguas a ella, o contrarias, o subordinadas, o causales, o…
El tercer paso tiene que ver con la vuelta a la imagen total. En este momento ya la imagen general tiene un valor muy superior a la de la primera ocasión, es mucho más luminosa, más extensa y, sobre todo, mucho más intensa. La belleza o la fealdad de la misma se nos aparecerán como algo consustancial con la imagen. Ahora la “tarde” es ya otra “tarde” llena de potencia y de posibilidades. Imaginarla en este momento es sentirla otra más real y verdadera. Y este es oficio que puede realizar no solo el creador sino también el lector o el receptor de cualquier obra de arte. En ese momento se estará convirtiendo en coautor y creador también.
Porque esta imagen hay que ponerla entre el creador y el lector, y el lector tiene que ver la segunda “tarde”, no la primera: el creador ha despertado la segunda, no la primera y la ha puesto en circulación en su obra.
Tres son las formas que tradicionalmente se señalan para ello: la lírica, la épica y la dramática. En la primera, el creador muestra la imagen relacionada preferentemente consigo mismo, son sus connotaciones y sus elementos subrayados los que le interesan y los que potencian la imagen, es él mismo el presentador y el receptor esencial. En la forma épica, la imagen forma parte de un relato que se sitúa entre el creador y el lector; ambos participan en igualdad de condiciones y pueden ser “tocados” de la misma manera por ella y por su contexto. En la formulación dramática el creador parece que se desentendiera de ella, que se pusiera tras el telón y que dejara a la imagen directamente en relación directa con el espectador, esa otra forma de hacer de lector.
De esta manera, aquello que pudo empezar como una realidad neutra en el espacio y en el tiempo, e incluso como una parte indefinida más de la masa continua, se transforma en la creación en algo potenciado por el artista para conformar una realidad nueva y distinta, más veraz, más intensa y más participativa. Por el creador, por el lector o por ambos, según la implicación de cada cual y la forma en la que se integre y se presente la imagen.

“Tarde” extraída de la falta de dimensiones; “tarde” reconocida en sus partes y en sus potencias; nueva “tarde” más densa y deleitosa; “tarde” que me conmueve y me anima al pensamiento del paso del tiempo y de la vida; “tarde” en la que se sitúa una historia que me interesa y que nos interesa; y “tarde” que os  presento para que os interrogue y os provoque el pensamiento. Todas son tardes y todas son la tarde. Otra tarde distinta  más fecunda. Y tal vez algo más fresca que esta en la que escribo estas palabras. 

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