martes, 17 de octubre de 2017

DE PRONTO...



DE PRONTO…         

De pronto, en una acera, cualquier tarde.
Te detienes  mirando cómo pasan
las gentes. Son sus pasos fugaz muestra
de lo que nunca va a ninguna parte.
No te esfuerces en registrar sus nombres,
en descifrar la luz de su sonrisa:
ni siquiera ellos saben su destino.
Es tan solo un segundo,
el cociente imperfecto de todo el infinito,
el azar hecho tiempo y accidente.

Desconoces su afán, sus inquietudes,
todo lo que les dio naturaleza.
Déjalos, que prosigan su camino,
su fatiga constante y su destierro.
Tampoco ellos conocen que los miras,
y no olvidarán nunca,
pues nunca percibieron tu presencia,
tan cerca de la suya y tan ausente.

La tarde será toda de la tarde
y tú serás tan solo el accidente
que vio pasar la vida como un hombre

viejo y desconocido, extraño y solitario.

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