lunes, 2 de abril de 2018

"DESPUÉS SOÑÉ QUE SOÑABA"



“DESPUÉS SOÑÉ QUE SOÑABA”

Cual Ícaro, soñaba con las nubes,
o al menos con subir a los tejados,
para observar la vida, igual que un pájaro
que vuela sin temor a ser tenido
por un ser indiscreto, inoportuno,
o incluso como un gato
que juega con las gatas su partida
lejos de las farolas.

Soñaba y, en el sueño, era la luna
mirando desde el cielo los lugares,
en los que unos dormían, otros gozaban
del placer o rumiaban la tristeza
del sueño de los días. Supe entonces
que es engañosa y falsa la vigilia,
pero aún más el soñar pues llega el alba
y ni hay alas de cera ni las plumas
sostienen la ilusión del que soñaba.

Por eso, al despertar, sentí mi cuerpo
sobre un blando colchón y en él me dije:
No vuelvas a volar tan alto nunca:
sentirás más dolor en la caída;
y, si quieres soñar, sueña despierto
y deja a los demás con sus quehaceres,
que sueñen y que vuelen por sus vidas.

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