¿QUIÉN SOY?
¿Quién soy yo?, me
pregunto si, confuso,
me siento a meditar en
mi terraza.
A veces no conozco ni mi
nombre.
Nacemos y nos nombran,
nos señalan
con dedo singular que
nos identifica.
La vida va borrando en
su espesura
esa señal prendida en la
solapa,
la va haciendo difusa y
la emborrona,
nos llama a definir
nosotros mismos
las nuevas acepciones
que la habitan.
Cuando llega la tarde y
vienen sombras,
y se intuyen señales de
la noche,
intentamos de nuevo
bautizarnos
dejando en las palabras
la pregunta
del posible valor de
nuestras huellas.
Es el viento el que aventa
las palabras,
pone nombre a las cosas
y organiza
el orden desigual del
calendario.
En él me busco y miro
por si acaso
pudiera descubrir si
sigo siendo,
si fui tal vez o acaso nunca
he sido
más que un eco sin
huellas de mi nombre.
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