SONETO MOSTRENCO Y DE
DESTINATARIO ¿INDEFINIDO?
Dicen
que aquel que llega hasta los treinta
y afirma:
“me la sudan los antojos
del tiempo,
la salud y la conciencia”
es bobo,
imbécil, majadero y tonto.
Otros
piensan que no hay que poner cuenta,
pues
cada edad se rige por su código
y que no
son lo mismo ocho que ochenta
si se
tiene la vida por castigo.
Yo digo
que, en verdad, ninguno acierta
y pido que
en la edad en la que estemos
-no importa
si cuarenta o si setenta-
prestemos
atención a lo que hacemos,
compartiendo
derechos y deberes
con siete
mil millones de congéneres.
Hay
peligros que acechan y no entienden
de edades,
de prudentes o imprudentes.
2 comentarios:
Cierto... Somos animales sociales con sentido común y tenemos que demostrarlo a cualquier edad.
Así debería ser.
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