Hace once años escribía en mi blog esta entrada. Creo que tiene rabiosa actualidad. Apenas he suprimido un par de párrafos.
2009/08/05 CON ESTOS
MIMBRES…
Desde
mi cama, escucho las noticias de Béjar en la Cadena Ser. Son solo unos minutos.
La concejala de Medio Ambiente trata de explicar las actuaciones que se están
llevando a cabo con los estorninos en el Parque Municipal. Oyéndola, tenía la
impresión de que, realmente, no saben cómo quitárselos de encima. Sus
explicaciones me parecen imprecisas y poco resolutivas. Es evidente que hay
normas que cumplir y que ella tiene que ser una de las personas más cuidadosas
con el medio ambiente y con el respeto a los animales. Pero creo que nos
equivocamos cuando extremamos el celo, y que gobernar implica tomar decisiones,
también con el riesgo de equivocarse (errare humanum est, y más se perdió en
Cuba).
Hay
una idea que me parece absolutamente fundamental para actuar en la vida: la de
jerarquizar actuaciones, la de dar prioridad a unos hechos sobre otros. Si no
se actúa así, corremos el riesgo de convertir todo en un caos o el de quedarnos
indefensos ante todo por no actuar nunca. Es la mejor fotografía, además, de
una escala de valores determinada.
Para
este caso concreto, parece evidente que las personas, en su salud y en su
distracción y esparcimiento, están por delante del derecho de los estorninos a
dormir por la noche. El lugar que ocupan, los árboles que destrozan, la
insalubridad que provocan, la imposibilidad de pasar y de pasear bajo esos
árboles, la cantidad de agua que hay que gastar cada mañana para limpiar esos
lugares, la cantidad de horas de trabajo y el dinero que eso supone… son
razones suficientes como para actuar, y para hacerlo con urgencia.
Quede
pues servida en crítica Elena, la concejala de Medio Ambiente, persona que, por
lo demás, me parece con cabeza suficiente como para “dar salida” a estas
dificultades y a otras muchas. Y quede clara también mi postura activa ante la necesidad de
actuar contra esta plaga de estorninos, aunque se tengan que utilizar métodos
no del todo exquisitos.
Pero
había una guinda escondida en el pastel que aún no había aparecido en los
minutos de la emisión. La oyeron mis oídos y la saborearon mis papilas
gustativas. Quiero decir que esta vez no me caben interpretaciones ni
conjeturas desconfiando de los periodistas, por si hubieran manipulado la
noticia o la hubieran sacado de contexto. La encargada del programa puso un
“corte” en el que el antiguo regidor, Alejo Riñones Rico, pronunciaba estas
palabras sobre el asunto de los dichosos pájaros: “A nosotros, cuando
gobernamos, nos costó mucho echarlos, pero lo conseguimos. SABEMOS CÓMO ECHAR A
LOS PÁJAROS, PERO NO SE LO VAMOS A DECIR A ESTOS”. Si alguno leyera estas
palabras, por favor, que me crea. Exactamente esto es lo que dijo el exregidor. Alejo Riñones, contra el que, como persona, no tengo nada, y de quien me gustaría
ser amigo, como de todo el mundo, fue alcalde de la ciudad estrecha en la que
vivo DOCE AÑOS y sigue siendo (no sé cuántos años ya) PROCURADOR EN LAS CORTES
DE CASTILLA Y LEÓN.
Me
entró la risa floja cuando oí tal memez y semejante tontería. Al poco, me puse
triste y me tiré de la cama: me aguardaban la lectura y los parajes de Puente
Nueva.
No
entré a considerar la verdad o mentira de lo que afirmaba porque sencillamente
con preguntar al empleado municipal correspondiente se puede conocer cuál fue
la fórmula que dio resultado en otras ocasiones para que se fueran los pájaros;
algo tan sencillo y elemental como eso. Me reía y me entristecía a la vez por
el nivel ínfimo de capacidad intelectual que demuestran algunos de los
representantes públicos. Aún ahora (son las cinco de la tarde), recuerdo sus
palabras y no sé cómo reaccionar. Los niños jugando al ratón y al gato no lo
harían peor. Así que hay un señor que conoce una fórmula para librar a los
vecinos de una molestia grave como es la de la plaga de estorninos y no se la
da a conocer a sus adversarios políticos. ¿Qué puede tener en su
cabecita política? Lo dijo don Antonio Machado sabiamente: “El mundo en la oquedad de
su cabeza”.
Por
desgracia, el hecho viene a demostrar, una vez más, la forma en la que algunas
¿ideologías? conciben esto del asunto público: si yo gano, todo para mí y usted
váyase a casa; si gana usted, apáñeselas como pueda.
Pensaba Platón que la mejor forma de
prepararse para la vida pública era la de curtirse en el mundo de la filosofía.
Aristóteles defendía que la política es la continuación y la culminación de la
ética. No sé si no tendríamos que abrir alguna academia de rudimentos de
filosofía, ética y sentido común para por las tardes. Sugiero empezar por los
más necesitados: hay legión.
1 comentario:
No estaría nada mal una academia donde se impartiera enseñanzas de sentido común.... Me ha hecho gracia.
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