miércoles, 6 de octubre de 2021

LA TERNURA COMO ÚNICA ESPERANZA

 

 

LA TERNURA COMO ÚNICA ESPERANZA

Ese esfuerzo tenaz y sin sentido

en que se afana el mundo cada día,

esa necesidad inevitable

de seguir respirando sin descanso,

esa fuerza volcánica, absoluta,

que nace del enigma más profundo,

esa inercia que empuja cada hora

a asegurar la vida y la existencia.

 

Se despiertan y viven los sentidos

ansiosos de sentirse tercamente:

respiran, ven el cielo, se levantan,

salen a respirar la plaza pública,

hacen compras, dialogan, ven el mundo

bajo un prisma tal vez no sugerente,

se entristecen, enferman, sanan, comen,

y otras veces se alegran inconscientes.

 

Mas, si miran de cara el horizonte,

presienten la llegada de la noche

y no tienen las ganas de hacer cuentas

de lo que signifique su conducta:

la noche en la razón es siempre noche

y no espera la luz el pensamiento.

 

En esas circunstancias tan dramáticas,

reclama la ternura su presencia,

se presenta como único remedio

para salvar a todos del naufragio.

A veces se disfraza de emociones

que no dejan que fluya la palabra

y toda ella es abrazo y tolerancia,

compasión y acogida, mano abierta,

como esa buena gente que no mide

con ley lo que la vida le propone.

 

Vivir para vivir, soñar sabiendo

que todo es ilusión, tan solo eso;

Y, en medio del desastre, la esperanza

que la ternura ofrece a cada instante.

1 comentario:

mojadopapel dijo...

Qué nunca nos falte la ternura, es la parte más humana de nosotros.