jueves, 21 de marzo de 2024

LA CONCIENCIA DEL TIEMPO Y DE LA VIDA

 

De hace exactamente dos años, recupero este poema que podía haber escrito hoy mismo.

LA CONCIENCIA DEL TIEMPO Y DE LA VIDA

La lluvia se ha dignado visitarnos

en estos días postreros del invierno,

ya a punto de nacer la primavera.

Algún pájaro vuela y se humedece

dibujando piruetas en el aire.

Por mi plaza circulan los paraguas

y las gentes se cruzan presurosas

en direcciones vagas e imprecisas.

Desde el fondo de algún lugar remoto

llegan notas en eco de guitarra.

En todas estas casas

que conforman mi barrio viven gentes

que comen, beben, duermen, ven la tele,

se enfadan y sonríen, plantan cara

a todos los sucesos de la vida,

y construyen su tiempo como pueden.

El silencio se cuaja o se hace ruido

cuando menos lo espero y me regala

la conciencia del tiempo y de la vida…

Es la humildad serena de las cosas

que suceden, sin más, a nuestro lado.

 

Entonces me contemplo como un niño

que sonríe inocente entre los brazos

satisfechos y alegres de su madre.

 

No ha sucedido nada diferente

a lo que ocurre el resto de los días;

son solo esos milagros silenciosos,

tan pequeños que acaso los ignoro

si no activo la voz de mi conciencia

y observo la belleza del momento,

del milagro continuo en que se pinta

la vida y su hermosura en cada instante.

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