UN CAMINO DISTINTO
La cruel delicia de anular el tiempo
cuando todo me empuja al movimiento;
el placer de quedarme en el quedarme,
sin saber si las voces preguntan por mi nombre
ni si después la luna me mirará en sorpresa;
la lentitud en paz, el fiel sosiego
llevándome hasta el fondo de la sombra;
esa serenidad, ese deleite;
la placidez de ser sin ser, como el misterio;
el núcleo de la noche, cuando es noche
y no conoce qué es la madrugada;
todo lo que por fin me desconoce
y me agota y me anula y me vacía
hasta dejar sin huella las noticias
que tal vez algún día dieron cuenta de mí.
Y acaso tú ahí, enfrente,
como ancla solitaria y permanente,
como esa densidad que se apodera
de todo lo que gira en sus contornos,
como un reino absoluto del olvido
que no pesa ni mide ni responde
a ninguna otra ley que a la llamada
del reino placer y del silencio.
1 comentario:
Bello...bello, e inmenso poema lleno de fuerza.
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