ME ACECHAN LAS ESQUINAS
Se me quedan mirando con
descaro
los pasillos, el aire, los
sillones,
lo que ronda en mi casa las
esquinas;
y sospecho que guardan el
acecho
de todo lo que esconden de ti
misma.
Por eso, en la figura de ese
cuadro
que cuelga siempre inmóvil
en la mirada azul de la pared,
presiento los afectos de tus
ojos;
o, en el calor mullido de la tarde,
que expande su fragancia
por todos los rincones de la
casa,
siento el tacto sedoso de tus
manos.
Lo mismo entre las páginas del
libro
que ojeo cada día encuentro
siempre
un aroma que sé muy familiar.
Tal vez tan solo soy un simple
apéndice
de toda tu extensión, de la
certeza
de ese río de instantes que es
el tiempo
y que tú llenas toda, como el
agua
de la fuente que mana hasta la
noche,
y canta su canción
interminable
para que yo la aprenda
con el dulce sabor de tu
presencia.
N.B. Con un simple cambio de género en el final del verso 5º y en el 4º verso de la ultima estrofa, la interpretación se torna totalmente distinta.
1 comentario:
Precioso poema para tu amor de siempre.
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