ES DE NUEVO LA HORA DE LA LLUVIA
Es de nuevo la hora de la
lluvia,
que mansamente llega desde el
cielo,
llorando y escurriendo su
tristeza
en una desmayada melodía.
Gota a gota resbala su ternura
en el cuerpo desnudo que,
impúdica,
le ofreces, como vaso en que
el vino
se mezcla y se hace luz. En él
tus poros
son cáliz consagrado
que se abre y se unge,
que recibe el esperado abrazo
del cielo con tu carne
en una ceremonia que bendice
tu beso y el encuentro con la
naturaleza,
hecha carne en la lluvia
y hecha lluvia tu carne
en otra realidad más
verdadera.
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