CUANDO ESTOY CONMIGO
MISMO
Qué soledad tan completa
cuando estoy conmigo mismo.
Qué plenitud de vacío
y qué llaga tan interna.
Me hiere donde no hay merma
ni de calor ni de frío,
donde no hay temor ni hay ruido
que moleste mi conciencia.
Todo se deshace allí
y nada queda incompleto
ni de noche ni de día.
Todo se concentra en mí
y yo soy de todo centro.
Soledad, qué dulce herida.
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