FUE UN TIEMPO
Fue un tiempo de cerezas y de olvido,
de jaras, leche en polvo, encina y nidos.
En aquel impreciso territorio
que me acogió en su seno,
los parques eran fértiles, los ríos
eran cauces con aguas esmaltadas,
donde brillaban truchas
y sudaban los hombres monte arriba.
Fue un tiempo de cerezas y de olvido.
Las tardes se entregaban complacidas
al poder de las sombras de la noche,
los sueños eran todos dulces sueños
y todo era un gran sueño con el cielo
sirviendo atentamente de testigo.
Cuando el tiempo hecho azar
me mudó los espacios y los días,
no quise despertar de aquellos sueños:
acaso sentí miedo o desconcierto
ante tanta verdad desconocida.
Fue un tiempo, fue, yo sé que ha sido.
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